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Alemania vs México

Texto publicado en Perro crónico :

https://perrocronico.com/alemania-vs-mexico/

Al primer minuto Hirving Lozano se desliza por la banda izquierda, dentro del área hace un recorte hacia la derecha eliminando al primer defensa, dispara hacia la portería, pero sale al rescate la pierna de Boateng. Al mismo tiempo, un lamento generalizado se escucha entre los aficionados. Instantes seguidos un ataque de Timo Werner al arquero de la Selección Mexicana generaba aplausos de los espectadores.  En menos de diez minutos y con llegadas por ambos equipos el partido se notaba ambicioso.

Yo no sé mucho de Alemania ni de Fußball, pero entendía la tensión que provoca una buena película. Y el partido demostraba un conflicto en la narrativa deportiva. El Bürgermeister de Hamburgo —digamos, el Jefe de Gobierno— había pronosticado un resultado de dos a unos instantes previos al partido. Igual que en el Mundial de Francia en 1998.  Con la victoria del mundial anterior en Brasil 2014 y varias muestras de partidos previos malos por parte del conjunto Azteca, todos esperan una victoria indiscutible por parte de los germanos.

El juego avanzaba y una tromba caía en el Heiligengeistfeld de Sankt Pauli. Un espacio público que tiene como referente el Millerntor-Stadion que alberga al equipo de soccer, FC St Pauli, y a un lado una de las tres torres (Bunker) construidas en la segunda guerra mundial en Hamburgo para defender el ataque al puerto. Así, con todo y lluvia los espectadores permanecían inmóviles ante la enrome pantalla que era imposible perder cada detalle.

Seis meses en Hamburgo y una escasa integración a la cultura alemana, —debido a mi precoz conocimiento del lenguaje—, serían mis factores obligados para asistir a un lugar público para comprender un poco más la cultura de los alemanes a través del futbol.

Llego el minuto treinta y cinco. Otra vez Hirving Lozano realiza la misma jugada del principio, parecía una repetición, la diferencia es que el balón rebotaba adentro de la portería. La gente enmudece y los comentaristas hacen un breve dialogo sin frenesí. El único sonido fue el de la multitud del estadio. Hoy había pensado que escucharía varías veces: Tor!, — ¡gol! — en alemán. Sin embargo, solo veo rostros llenos de desencanto en búsqueda de un abrazo de consuelo. Los asistentes habían demostrado poco entusiasmo durante el juego, yo acostumbrado al desmadre de los mexicanos, me parecían parcos y a veces inexpresivos. Quizá, estaba en lugar equivocado. En esta ciudad todos hablan de fuβball porque sus principales equipos son: El Hamburger SV y FC St Pauli. Pero supongo que los hinchas que apoyan este deporte están en otro sitio más hermético. O entrenando box para su próximo enfrentamiento como el sucedido hace dos meses cerca de éste zona; enfrentamiento entre hooligans de FC Schalke 04 beim Hamburger SV dentro de la Bundesliga.

En el segundo tiempo el equipo de Joachim Löw muestra una mayor ofensiva. Misma que da esperanza para los visitantes. Se siente un mayor entusiasmo en cada ataque. Un chico se chupa los dedos por la mayonesa que escurre de su salchicha. Tarros de cerveza van y vienen. Los chicos de enfrente se abrazan con solidaridad y hermandad recordando que el futbol nos une. Ahora los veo tan inofensivos. Eso me hace dudar sobre mi percepción hacía ellos cuando el animador del partido dijo: — Alle den rechten Arm heben— “todos levanten su brazo derecho” y ellos hicieron el saludo nazi. Pues, si mi apreciación fue “correcta”, supongo que podría tener un inconveniente por mi tono de piel. Mientas las banderas ondean el comentarista recuerda al escándalo con las treinta prostitutas. Y señalan el problema familiar de Héctor Herrera.

Se acerca el final del partido y fanáticos abandonan el lugar. Hora recuerdo decir al animador: Willkommen zur ersten Niederlage Mexikos, “bienvenidos a la primera derrota de México”. El partido llegaba a su final con el marcador de México 1, Alemania 0. Una pequeña parte de mi deseaba una victoria.  Y al mismo tiempo me cuestionaba. ¿qué paso con Alemania? ¿fallaron sus escuelas de futbol? ¿no fueron suficiente sus hermosas cachas públicas? ¿o la estrategia de las prostitutas había funcionado?

No sé muchas cosas de futbol ni de Alemania. Hoy sólo vine a entender un poco más de su cultura. Porque en México ya conozco el rostro de la derrota, pero ahora, también conozco el rostro de la derrota de los alemanes.